Por alguna extraña razón, el sujeto es una de las partes de la oración que más nos despistan. A veces nos liamos al preguntarle al verbo quién o quiénes realizan la acción, porque una pregunta trampa, que nos confunde con frecuencia. La prueba infalible para determinar cuál es el sujeto de la oración es fijarnos en el verbo. El sujeto concuerda con él en número y persona (recordad, de paso, que el verbo no tiene género). Y, sobre todo, pensad que el sujeto nunca lleva preposición.
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